lunes, 4 de abril de 2016
Schenique el Señor del Amparo Prodigioso
En nuestro país, se acostumbra a hacer artículos de homenajes y tributos a los artistas cuando mueren, cuando alguien muere, todo el mundo habla cosas buenas y mencionan lo talentoso que era, con este articulo, pretendo hacer un homenaje a una persona que está viva y produciendo cada vez más y mejores discos, hablo de Schenique Camargo,
Nacido en el Agustino pero vivió en La oroya hasta los 5 años, , Schenique comenzó sus andanzas artísticas en la “Nave de los Prófugos” de Paco, en la Colmena de antaño, luego creó un grupo que por su controversial sonido y su forma tan peculiar de cantar llamaría mucho la atención hablo de La Sonora del Amparo Prodigioso un grupo que mezclaba el reggae, con el folclore pero que tenia la particularidad de tener matices de muchos otros estilos, este grupo junto con Los Mojarras y Kamuflage fueron la trilogía de bandas del Agustino que crearon toda la corriente de “fusión” que ahora esta tan de moda, ojala algún dia se les reconozca este merito.
Luego tuvo que emigrar a Suiza por motivos laborales pero nunca dejando de lado a su patria natal, así, cada vez que ha podido retorna a Lima, graba un disco , toca en algunos conciertos y se regresa, conversando con él , me dice que no le interesa la fama, solo expresar su arte, su música .
Eso lo mantiene vivo, sus discos son el reflejo de esa añoranza, de ese despertar y de esa rebeldía e inconformidad que solo un personaje como Schenique logra retratar en todos y cada uno de sus discos.
Su última producción vio la luz recién en estos días , se llama “ El Bar Mi País” y es una mixtura sonora compleja, dulce y a la vez violenta donde combinan la música negra, el vals, la cumbia, el rock, el punk, y todos los estilos que se forman en la mente de Schenique, no hay límites, no hay estilo que no exprese una melodía, no hay letra que permita una censura del arte por el arte, del mensaje completo y visceral de este poeta urbano.
En la presentación del disco que se dio en un local muy acorde, una peña que parecía un gran huarique, en pleno centro de Lima y a solo media cuadra del teatro municipal, las pocas personas que tuvimos la suerte de asistir, presenciamos como Schenique entraba en un trance y se convertía en un shaman del escenario, espantando a los espíritus de la mediocridad y el conformismo, se retorcía, temblaba, bailaba tribalmente contagiando a los asistentes a esta cuasi ceremonia musical. Realmente una cosa es escucharlo y otra mucho más fuerte es verlo, con unos músicos que cumplen de forma prolija logrando crear el ambiente que necesita Schenique para transformar cada canción en un ritual de exorcismo
Schenique es y espero que algún día se le dé el reconocimiento que merece, un artista completo, honesto y visionario, cada disco que edita crea un mar de nuevas visiones sonoras, Schenique es el “señor del amparo prodigioso”
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